martes, 8 de septiembre de 2009

Recaudemos

El sheriff de Nottingham se encargaba, entre otras cosas, de recaudar los impuestos de los súbditos para Juan sin Tierra. Su secuaces iban uniformados y casi atracando a la gente, encarcelando a quienes no podían pagar.
En España tenemos una versión moderna. Nuestro sheriff de Nottingham es el insigne Director General de Tráfico, Sr. Pere Navarro, que con sus secuaces uniformados, la guardia civil de tráfico, actúan como implacables recaudadores a las órdenes del estado. Triste destino, supongo, el de unas personas que con mayor o menor vocación de servicio, se hacen guardias civiles, para acabar siendo unos meros ponemultas y agentes del tesoro disfrazados de militares. A menos, claro está, que sea verdad el chiste de la mala ostia que les entra a algunos nada más calzarse el tricornio. ¿A cuantos picoletos habeis visto asistiendo a alguien en la carretera? ¿Y multando?
El tal sheriff, perdón, el mencionado director de tráfico, se ufana en decirnos que sus medidas tienen como única finalidad disminuir la siniestralidad y velar por nuestra seguridad, cosa que sería cierta si los radares y los señores que los manejan y que extienden las denuncias estuviesen bien a la vista, y no camuflados y escondidos a ver que se pilla, como rateros nocturnos. Si en realidad lo que quieren es que disminuyan los accidentes por exceso de velocidad, alcoholemia, etc., los de verde bien a la vista (se ha demistrado que incluso en países donde se han puesto muñecos, esto ha tenido efecto disuasorio), y controles como es debido.
No señor Pere, no. Salvo lo del carnet por puntos, que si parece que, picarescas aparte, ha tenido un efecto positivo, lo otro es puro y duro afán recaudatorio, para lo que tiene bien entrenados a sus lacayos de uniforme verde.

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