domingo, 28 de marzo de 2010

Iglesia y abusos

Muchas veces, quienes tienen algún tipo de poder, miran para otro lado ante situaciones incluso totalmente aberrantes, para que ese poder no se vea resquebrajado, atacado o puesto en duda.
Es el caso de la iglesia católica y los repetidos, mantenidos y aparentemente consentidos, abusos a menores.
Numerosos casos habían sido denunciados, puestos en conocimiento de la jerarquía eclesiástica, incluso llegaron a oídos del por entonces director de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el mismísimo Ratzinger, actual papa, que simplemente trasladaba al culpable, o metía los papeles debajo de la mesa.
Ahora, después de años y años de ocultar su mierda, cuando empieza toda a salir a la luz y a salpicar por todas partes, nos dicen que "anticristianismo radical y demencial se está difundiendo por Europa de una forma rastrera", en palabras de Tarcisio Bertone, secretario de estado de la santa sede.
Pues señor Bertone, sepa usted que los rastreros han sido los desgraciados que, amparados en la sotana y el clerigman, abusaban de niños que no podían defenderse. Rastreros han sido los que, como el papa, miraban para otro lado y escondían las denuncias, no fuera a ser que la autoridad de la iglesia se tambaleara. Desgraciados y rastreros son todos ustedes, que el nombre de dios, no han parado de hacer salvajadas y burradas desde que existen.