domingo, 3 de marzo de 2013

Son Parte del Problema

Se atribuye a Lenin la frase "Si no eres parte de la solución, eres parte del problema". Y en este país, el poder judicial lleva ya tiempo formando parte del problema, hasta el punto de que creo que la administración de justicia en España es un problema en si misma.
Echa uno un vistazo a las hemerotecas y se encuentra con jóvenes condenados a penas de cárcel por falsificar un billete de metro, arguyendo el sabio que los condenó que eso es falsificación de documento público. Un argumento similar esgrime el otro lumbreras que solicita 9 meses de prisión para una conductora que utilizó un billete fotocopiado de la ORA, falsificación de documento mercantil le llama el fiscal iluminado. Tenemos también a un preso de 73 años que falleció en una cárcel de Barcelona en la que estaba por un delito fiscal cometido hace 17 años. A pesar de su delicado estado de salud, como no pudo pagar la fianza (tenía una pensión de 600€), siguió en la cárcel hasta morir. Recuerdo también a un pobre desgraciado condenado a pagar 6000€ de multa por matar a un lagarto ocelado para poder comer.
Podríamos seguir rebuscando ejemplos de las luminarias que administran justicia en este país, pero creo que es más interesante echar un vistazo al otro lado, más reciente y sangrante.
Aún resuena en mis oídos el acuerdo al que llegaron los acusados en el caso Pallerols. Nada, pagan ustedes 400.000€ y no va ni dios a la cárcel. Ah, si, es verdad, también han de asumir que desviaron cientos de miles de euros durante seis años. Aún vivito y coleando está el caso del duquesito Urdangarín (otro hablaremos de él, este hombre es bobo) y su mujer, la infanta menos fea, pero que debe ser tonta de solemnidad, mira que no tener ni idea de las mangurriadas del ex deportista. Nada, nada, otro fiscal de esos listísimos no ve por ningún lado la necesidad de tomar declaración a la hija del Borbón. Podemos seguir con Bárcenas y el PP; macho es que ni una triste fianza ni nada. O los EREs andaluces del PSOE, o la multitud de delitos de corrupción que los ciudadanos españoles deben vivir a diario, y que se deja ir prescribiendo convenientemente, no vaya a ser que algún juez pise algún callo.
Ah, no, coño, que si. Que ya hubo un juez que pisó callos. Se llama Baltasar Garzón, y sirvió de aviso a navegantes para que nadie se mueva y a ningún juez o fiscal se le ocurra hacer bien su trabajo.
La imagen está tomada del blog Las Huellas de la Bestia