Resulta que hoy celebramos el día mundial contra la violencia machista. Es un cachondeo esto de los días para todo. Sobre todo porque parece que con repetir que hoy es el día de no se qué o ponerse un lacito de un color X, ya está todo hecho, y nuestras conciencias tranquilitas.
Pero en el tema de la violencia machista hay que hacer cosas, y hay que hacerlas ya, o seguiremos lamentando víctimas. Pero no sólo las que salen en la televisión y nos hacen decir "que penita", y juntarnos delante un ayuntamiento para salir en la puta foto. También el montón de mujeres (y también hombres) que viven un infierno diario y no son capaces de salir de él. Hay que ponerse a hacer cosas, pero en serio, y ya.
No podemos permitir que los maltratadores puedan aterrorizar a una mujer tras otra sin que les pase nada. La sensación de impunidad sólo les fortalece. No puede haber ni un resquicio para que quede sin castigo la más mínima agresión probada, física o mental.
Hay que sacudir los cerebros de todas esas adolescentes que siguen pensando que su futuro pasa necesariamente por encontrar un marido, casarse y tener hijos. Hay que demostrarles de una puta vez que una mujer no necesita a un marido para tener una vida plena y satisfactoria. Que tener una pareja y formar una familia es una opción de vida, es una elección, no un imperativo.
Tenemos que acabar con medios de comunicación que siguen transmitiendo a las mujeres la idea de que su felicidad pasa por estar guapas para ellos, por tener un cuarto de la colada cómodo para no tener que agacharse a poner la lavadora, y que lo más importante de su vida es el día de su boda.
Hay que prohibir tajantemente que estamentos con capacidad de presión e influencia social como la iglesia, se permitan animaladas como publicar un libro en el que se dice que la mujer ha de casarse y ser sumisa.
Hay que actuar contra el o la maltratadora aunque su víctima no lo desee, aunque retire denuncias, aunque diga que no pasa nada. Las víctimas están en un estado mantenido de indefensión mental, del que no son capaces de salir por si mismas muchas veces, y eso hay que cortarlo de raíz.
Hay que enseñar a las víctimas del maltrato que son vulnerables, que necesitan ayuda, que no deben tener vergüenza de pedirla. Que son vulnerables y que es muy fácil que vuelvan a caer en los mismos errores. Que es muy fácil que alguien con un poco de cariño y comprensión se aproveche de ellas o ellos en un momento en el que necesitan más que nunca alguien que les quiera. Hay que enseñarles que no necesitan una pareja, que pueden ser fuertes y salir adelante, mostrarles el camino correcto y enseñarles los errores para que no los cometan de nuevo.
Tenemos que empezar por educar a nuestros adolescentes en que nadie es dueño de nadie. Que los celos patológicos son una señal de alarma. Que el control no es un signo de amor. Que alejarte de tu familia y amigos no se hace por cariño. Que esos son signos de que hay que marcharse, y marcharse ya.
Y tenemos que enseñar a las víctimas a quererse a si mismas, a estar en paz consigo mismas, a entender que la culpa no ha sido suya, a no sentirse culpables, a no pedir perdón porque no han hecho nada malo. Y enseñarles a decir NO.
Pero en el tema de la violencia machista hay que hacer cosas, y hay que hacerlas ya, o seguiremos lamentando víctimas. Pero no sólo las que salen en la televisión y nos hacen decir "que penita", y juntarnos delante un ayuntamiento para salir en la puta foto. También el montón de mujeres (y también hombres) que viven un infierno diario y no son capaces de salir de él. Hay que ponerse a hacer cosas, pero en serio, y ya.
No podemos permitir que los maltratadores puedan aterrorizar a una mujer tras otra sin que les pase nada. La sensación de impunidad sólo les fortalece. No puede haber ni un resquicio para que quede sin castigo la más mínima agresión probada, física o mental.
Hay que sacudir los cerebros de todas esas adolescentes que siguen pensando que su futuro pasa necesariamente por encontrar un marido, casarse y tener hijos. Hay que demostrarles de una puta vez que una mujer no necesita a un marido para tener una vida plena y satisfactoria. Que tener una pareja y formar una familia es una opción de vida, es una elección, no un imperativo.
Tenemos que acabar con medios de comunicación que siguen transmitiendo a las mujeres la idea de que su felicidad pasa por estar guapas para ellos, por tener un cuarto de la colada cómodo para no tener que agacharse a poner la lavadora, y que lo más importante de su vida es el día de su boda.
Hay que prohibir tajantemente que estamentos con capacidad de presión e influencia social como la iglesia, se permitan animaladas como publicar un libro en el que se dice que la mujer ha de casarse y ser sumisa.
Hay que actuar contra el o la maltratadora aunque su víctima no lo desee, aunque retire denuncias, aunque diga que no pasa nada. Las víctimas están en un estado mantenido de indefensión mental, del que no son capaces de salir por si mismas muchas veces, y eso hay que cortarlo de raíz.
Hay que enseñar a las víctimas del maltrato que son vulnerables, que necesitan ayuda, que no deben tener vergüenza de pedirla. Que son vulnerables y que es muy fácil que vuelvan a caer en los mismos errores. Que es muy fácil que alguien con un poco de cariño y comprensión se aproveche de ellas o ellos en un momento en el que necesitan más que nunca alguien que les quiera. Hay que enseñarles que no necesitan una pareja, que pueden ser fuertes y salir adelante, mostrarles el camino correcto y enseñarles los errores para que no los cometan de nuevo.
Tenemos que empezar por educar a nuestros adolescentes en que nadie es dueño de nadie. Que los celos patológicos son una señal de alarma. Que el control no es un signo de amor. Que alejarte de tu familia y amigos no se hace por cariño. Que esos son signos de que hay que marcharse, y marcharse ya.
Y tenemos que enseñar a las víctimas a quererse a si mismas, a estar en paz consigo mismas, a entender que la culpa no ha sido suya, a no sentirse culpables, a no pedir perdón porque no han hecho nada malo. Y enseñarles a decir NO.
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