En Francia sigue el debate sobre la prohibición total del burka, con algunas opiniones que apuntan que podría ser anticonstitucional.
Yo no sólo prohibiría el burka, sino cualquier otro símbolo de los que una parte descerebrada y prehistórica del mundo musulmán, usa para seguir humillando, menospreciando, sometiendo y esclavizando a las mujeres. La misma parte, en muchos casos, que permite, aplaude y corea las lapidaciones, por ejemplo. Una parte del islam que debería poco a poco, o incluso de golpe y porrazo, desaparecer de la faz de la tierra.
Pero la cosa va mucho más allá de si es constitucional o no prohibir cosas como el burka o el simple uso del velo. Las mujeres musulmanas, en algunos sitios, llevan siglos escuchando que son enviados del demonio, que son la causa de todos los males, que deben estar en semirreclusión, no ser vistas, no estudiar, no trabajar, no tener opinión, no votar, no ser nada. No se puede, de golpe y porrazo, a una mujer, que desde que nació ha oído que si se le ve la cara, o el pelo, es porque es una puta que va a ser repudiada, no se puede, digo, obligarle a quitarse esa prenda que desde niña le han obligado a usar.
Yo estoy totalmente a favor de que no se puedan usar esas prendas denigrantes, creadas e impuestas por unos seres que no tienen derecho casi ni a existir, cavernícolas faltos de cualquier tipo de condición humana. Pero la forma de hacerlo debe pasar por la educación, porque sea la propia mujer musulmana la que se de cuenta de que eso del velo, el chaddor o el burka, es una estupidez impuesta por un sector de machos con complejo de pene pequeño y que no encuentran otra forma de no ser humillados por sus mujeres, totalmente superiores a ellos.
Yo no sólo prohibiría el burka, sino cualquier otro símbolo de los que una parte descerebrada y prehistórica del mundo musulmán, usa para seguir humillando, menospreciando, sometiendo y esclavizando a las mujeres. La misma parte, en muchos casos, que permite, aplaude y corea las lapidaciones, por ejemplo. Una parte del islam que debería poco a poco, o incluso de golpe y porrazo, desaparecer de la faz de la tierra.
Pero la cosa va mucho más allá de si es constitucional o no prohibir cosas como el burka o el simple uso del velo. Las mujeres musulmanas, en algunos sitios, llevan siglos escuchando que son enviados del demonio, que son la causa de todos los males, que deben estar en semirreclusión, no ser vistas, no estudiar, no trabajar, no tener opinión, no votar, no ser nada. No se puede, de golpe y porrazo, a una mujer, que desde que nació ha oído que si se le ve la cara, o el pelo, es porque es una puta que va a ser repudiada, no se puede, digo, obligarle a quitarse esa prenda que desde niña le han obligado a usar.
Yo estoy totalmente a favor de que no se puedan usar esas prendas denigrantes, creadas e impuestas por unos seres que no tienen derecho casi ni a existir, cavernícolas faltos de cualquier tipo de condición humana. Pero la forma de hacerlo debe pasar por la educación, porque sea la propia mujer musulmana la que se de cuenta de que eso del velo, el chaddor o el burka, es una estupidez impuesta por un sector de machos con complejo de pene pequeño y que no encuentran otra forma de no ser humillados por sus mujeres, totalmente superiores a ellos.
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