Muchas veces, quienes tienen algún tipo de poder, miran para otro lado ante situaciones incluso totalmente aberrantes, para que ese poder no se vea resquebrajado, atacado o puesto en duda.
Es el caso de la iglesia católica y los repetidos, mantenidos y aparentemente consentidos, abusos a menores.
Numerosos casos habían sido denunciados, puestos en conocimiento de la jerarquía eclesiástica, incluso llegaron a oídos del por entonces director de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el mismísimo Ratzinger, actual papa, que simplemente trasladaba al culpable, o metía los papeles debajo de la mesa.
Ahora, después de años y años de ocultar su mierda, cuando empieza toda a salir a la luz y a salpicar por todas partes, nos dicen que "anticristianismo radical y demencial se está difundiendo por Europa de una forma rastrera", en palabras de Tarcisio Bertone, secretario de estado de la santa sede.
Pues señor Bertone, sepa usted que los rastreros han sido los desgraciados que, amparados en la sotana y el clerigman, abusaban de niños que no podían defenderse. Rastreros han sido los que, como el papa, miraban para otro lado y escondían las denuncias, no fuera a ser que la autoridad de la iglesia se tambaleara. Desgraciados y rastreros son todos ustedes, que el nombre de dios, no han parado de hacer salvajadas y burradas desde que existen.
Es el caso de la iglesia católica y los repetidos, mantenidos y aparentemente consentidos, abusos a menores.
Numerosos casos habían sido denunciados, puestos en conocimiento de la jerarquía eclesiástica, incluso llegaron a oídos del por entonces director de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el mismísimo Ratzinger, actual papa, que simplemente trasladaba al culpable, o metía los papeles debajo de la mesa.
Ahora, después de años y años de ocultar su mierda, cuando empieza toda a salir a la luz y a salpicar por todas partes, nos dicen que "anticristianismo radical y demencial se está difundiendo por Europa de una forma rastrera", en palabras de Tarcisio Bertone, secretario de estado de la santa sede.
Pues señor Bertone, sepa usted que los rastreros han sido los desgraciados que, amparados en la sotana y el clerigman, abusaban de niños que no podían defenderse. Rastreros han sido los que, como el papa, miraban para otro lado y escondían las denuncias, no fuera a ser que la autoridad de la iglesia se tambaleara. Desgraciados y rastreros son todos ustedes, que el nombre de dios, no han parado de hacer salvajadas y burradas desde que existen.
cierto muy cierto lo que escribio , y todabia gente juntando dinero bien ciegos para pagar las demandas de las victimas de estos hijos de sus padre el diablo . gracias por su valentia.Marina Aguilar
ResponderEliminareagleandwind@hotmail.com
E inventandose nombres como efebófilos para no reconocer lo que son simple y llanamente Pedófilos.
ResponderEliminarEllos que hacen campañas Pro-vida, tachando de asesinos a quienes están a favor del aborto, no reconocen, tapan, miran para otro lado e incluso casi disculpan cuando ellos mismos asesinan la inocencia y la felicidad de un niño.
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