martes, 19 de agosto de 2014

Reflexión Sobre la Muerte, de la Mano de Cioran.

En su Breviario de Podredumbre (obra que recomiendo encarecidamente que leáis), Emil Cioran nos plantea una serie de lúcidas reflexiones sobre la muerte. Nos dice que la muerte es completa en sí misma, y por eso nos cuesta a veces aceptarla ("La muerte es demasiado exacta; todas las razones se encuentran de su lado"); nos plantea que la vida tiene sentido para nosotros porque la muerte es demasiado perfecta ("Nos aferramos a los días porque el deseo de morir es demasiado lógico, por tanto ineficaz") y que la propia perspectiva de la muerte nos hace aprovechar la vida para eludirla ("Para triunfar sobre este apetito no hay más que un solo “método”: vivirlo hasta el fin, sufriendo todas sus delicias y sus espantos, no hacer nada por eludirlos").
Se supone que, desde la antigüedad, el hombre ha buscado una explicación a la muerte. La conciencia de un más allá le atormentaba y le hacía buscar mil y una maneras de perpetuarse, de saber lo que había después. Esto ha sido sabiamente aprovechado por todas las religiones que en el mundo hay, ya que curiosamente nos ofrecen una felicidad eterna después de la muerte siempre que seamos dóciles y sumisos en vida. Tanto es así, que a veces me pregunto qué hay de cierto en eso de que el ser humano siempre ha buscado una explicación a la muerte y el más allá, y hasta que punto se ha dado a todo una explicación que facilite el actual statu quo frente a la muerte y el después.
Personalmente he ido convenciéndome cada vez más de que simplemente somos una especie de seres vivos de los millones que pueblan el planeta. Un simple ente biológico compuesto de la misma materia y que se sustenta en los mismos fenómenos físicoquímicos que las lechugas o los caracoles. Y si esto es así, ¿a qué debe preocuparme la muerte? Si la vida, según leí una vez, no es más que "una serie de reacciones químicas catalizadas por enzimas", ¿por qué debemos interpretar la muerte como algo más que el simple cese de esas reacciones?
El miedo a la muerte no es tal. El miedo es a la incertidumbre de lo que vendrá después. Cuando llegas al convencimiento de que no hay nada, de que la muerte es simplemente el fin, de que sólo dejarás de ser, que de como decía Cioran "la muerte es completa en sí misma" todos esos miedos dejan de tener sentido y desaparecen.

2 comentarios:

  1. El mayor problema de los humanos es ser conscientes de su propia existencia, y las preguntas que ello plantea. Nos da miedo todo lo que no podemos controlar y, como la muerte es tan desconocida (y de la que nadie ha regresado) la tememos mucho más. Pensamos que la muerte es el fin, pero no sabemos si es el principio de algo. Incluso si la reencarnación es factible, no seríamos conscientes de que antes ya hayamos vivido.

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    1. A eso me refiero, a dejar de ver la muerte como principio de nada y asumir que sólo es un dejar de ser. Punto.
      Saludos.

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