Hay que ser un poco lerdo para dedicarse a esta cosa de la religión y tomársela en serio, salvo que veas el lado económico del asunto y tengas claro que es una fantástica salida para vivir del cuento sin dar un palo al agua. Pero es que este tal José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián, ya roza la estupidez supina.
Dice el muy cenutrio que la pobreza espiritual de España es un mal mayor que la tragedia de Haití. Es decir, el imbécil este opina que el hecho de que las mujeres puedan abortar, personas del mimso sexo se casen, y cada vez más gente (de la que es capaz de pensar por si misma, claro) esté descontenta de burros como él, es peor que 50 mil muertos y 300 mil personas sin hogar.
A ver, Munilla, deje usted de darle al vino de misa y mire a ver si las ostias que se zampa están contaminadas o algo, porque lo suyo es para que le vayan dando con el madero de la cruz en la cabeza hasta que salga algo bueno de ella.
Dice el muy cenutrio que la pobreza espiritual de España es un mal mayor que la tragedia de Haití. Es decir, el imbécil este opina que el hecho de que las mujeres puedan abortar, personas del mimso sexo se casen, y cada vez más gente (de la que es capaz de pensar por si misma, claro) esté descontenta de burros como él, es peor que 50 mil muertos y 300 mil personas sin hogar.
A ver, Munilla, deje usted de darle al vino de misa y mire a ver si las ostias que se zampa están contaminadas o algo, porque lo suyo es para que le vayan dando con el madero de la cruz en la cabeza hasta que salga algo bueno de ella.
Vaya, creo que el mensaje de este impresentable nos caló hondo a los dos.
ResponderEliminarLo mejor de todo, ni perdon ni gaitasa, el no dijo nada malo,..., los de la SER tergiversaron sus palabras...